Me dejo caer sobre tu pecho,
envuelta en un aroma de sudores y flujos;
con el cabello enredado entre tus dedos
y tus piernas enredadas con las mías.
¡No puedo más!, susurro.
Pero siento tu respiración entrecortada
y tu corazón latiendo aún a mil por hora,
tus dedos recorriéndome la espalda
y tu polla resucitando dentro de mí.
Y basta un movimiento de tus caderas
para encenderme una vez más.
Siempre ardiendo, siempre dispuesta
a devorarte de nuevo con mi lengua.
¡No puedo más!, susurro.
Pero no me canso
de deshacerme entre tus manos,
mientras me embistes de nuevo,
follando en una danza de pasos infinitos.
Uno nunca se cansa de tener buen sexo ! ;)
ResponderEliminarYo tampoco me canso ni de tu verbo, ni de tu lengua..
ResponderEliminarprecioso poema preciosa
un beso
Pues sí, Eco... Y siempre quieres más, y más...
ResponderEliminarGracias, Deseo...
ResponderEliminarNo me canso... no me canso... Siempre más. Agotada. Sudorosa. Pero siempre más.
Largas sesiones de un sexo infinito, increíble... hasta quedarme dormida.
Y despertarme de nuevo queriendo más...
Besos inagotables
De esos momentos una nunca se cansa, al contrario si son buenos como el que has narrado, una nunca queda saciada y quiere más..
ResponderEliminarPreciosa manera de contarlo..
Besos muy cálidos
Me alegra que te haya gustado, CalidaSirena... Besos cálidos para tí.
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