jueves, 15 de octubre de 2009

Sábado





















Era uno de esos sábados, en los que sin tener ningún plan, sabes que algo excitante va a pasar.

Hacía tiempo que no volví a tener noticias de ella, desde que por última vez nos despedimos en su portal. Por aquel entonces ella no follaba con extraños, solo les comía la polla. Y fue así, como secándose el semen de su boca se despidió de mi con un beso.

- “Te llamo, cariño. Ciao “

Pasaron dos años de aquellas, hasta la mañana del sábado pasado en el que recibí un SMS de Belén.

“Que tal si nos tomamos unas cervezas esta noche. Por los viejos tiempos. Qué me dices?”

Por un instante dudé. Mi cabeza decía NO, mi polla SI. Nunca se me dio demasiado bien pensar con la cabeza, así que contesté:

- “ Claro..qué tal si quedamos en el Irish ?”

Ella contesto con un sencillo:

- “ OK . A las doce “

Pasé todo el día como en una extraña hipnosis de excitación y sorpresa. Estuve tentado en hacerme una paja, pero no quise desperdiciar mi semen en una toallita, así que aguanté.

Los minutos fueron pasando como losas. Dueño de la impaciencia y la ansiedad acabé en el garito, 15 minutos antes de la hora prevista. Por supuesto, ella aún no había llegado.

Tampoco llegó a las doce. Perdí la cuenta del número de veces que miré la pantalla de mi móvil. Pasaron los segundos, los minutos, interminables. A las doce y treinta, estuve tentado de abandonar, tras haber apurado una guiness y parte de un gin tonic, cuando la vi entrar por la puerta del Bar.

Su melena rubia brillaba como un matojo amarillo en la oscuridad. Rápidamente me vio y se acercó a la barra. Nos dimos dos besos, dio un paso atrás mientras se mordía el labio inferior

- “Pero que bueno estas cabrón “

Vestía una falda larga de pana marrón y un jersey de lycra negro, que marcaba sus pezones. Yo le correspondí con una sonrisa en su escote.

Durante un buen rato nos pusimos al día de nuestras vidas, y en un momento me dijo:

- “Voy un segundo al baño. No te escapes.. eh?”

Yo la seguía con la mirada viendo como se perdía entre la masa. De repente, un mensaje en mi móvil.

- “¿Por qué no entras conmigo? “

Borracho de testosterona miraba la cola a la entrada del W.C. Decidí entrar.

Ella me recibió con una sonrisa y sin mediar ni una sola palabra, me estaba metiendo la lengua hasta las amígdalas.

Fuera, la gente golpeaba la puerta, pero ella me susurraba:

- “Deja que griten “

Sentí una mano en mi polla, mientas que la otra se disponía a abrir la puerta. Recorrimos la noche ,briagos de alcohol y hormonas.

Terminamos a las 5 de la mañana en una discoteca, que se preparaba a recibir el aluvión de los despojos de la noche.

Nos quedamos sentados en una zona previa a la pista de baile. Con las manos desgastadas de meternos mano en cada rincón, me dijo:

- “Tengo una última sorpresa para ti “

Sin más, se levanto para desaparecer entre la gente que bailaba un tema de RadioFutura en la pista. Durante unos eternos minutos de soledad, mi mente no hacía más que bombardearme con imágenes de donde poder follarme a Belén.

Cuando ya tenía claro que me la iba a calzar en el coche, la vi acercándose a la mesa. Pensé que iba a retornar a su asiento, pero me sorprendió sentándose a horcajadas sobre mí.

Mi polla estaba a punto de estallar. Cogió mi mano, se inclinó hacia mi cabeza y me dijo al oído:

- “Toma tu regalo “

Noté una bola con textura textil en mi mano. Me recree en el tacto de la tela, imaginándola.

Cuando abrí mi mano, pude intuir su tanga reposando en mi palma.

Apenas pude contener una risa nerviosa y antes de que pudiera reaccionar note como manipulaba mi bragueta.

- “ Shhh …shhh“



Hábilmente sacó mi polla de la bragueta al cobijo de su falda. Con un movimiento certero de pelvis, note su coño depilado encima de mi polla.

Clavó su mirada en mis ojos y me regaló una mueca de placer, lasciva y guarra. Estaba literalmente empapada y se deslizaba sobre mi polla como una hoja a merced del viento de mis ganas.

- “Vamos, méteme, tu polla “




















Sólo bastaron un par de movimientos gráciles para clavarle mi rabo en su chochito . Un gemido y luego otro.

- “ No se te ocurra correrte.. Todavía no “

Yo le contesté:

- “Te voy a sacar la polla por la garganta “
- “Eres un cerdo y yo soy tu puta “replicó.

Me apretaba la polla con la musculatura de su suelo pélvico y yo le pellizcaba los pezones debajo de su jersey.

- “ Follame… vamos.. hijo de puta, follame “

Cada vez sentía más y más fuerte su presión sobre mi vientre, cuando note en la punta de mi polla un chorro de flujo como un manantial.

Dejó de moverse. Casi exhausta suplicó:

- “Sigue follandome , ni se te ocurra sacar la polla de mi coño “

A punto estuve de correrme, pero pude aguantar un poco más

- “ Me voy a correr “ le susurre y ella me contesto:
- “Regálame tu leche, vamos “

Como un grifo me corrí en su coño. Ella, seguía moviéndose embistiéndome de forma potente y profunda.

- “Que me haces…Dios, me voy a volver a correr “

Finalmente, se quedó durante un instante eterno, abrazada a mi pecho, colgando su cabeza sobre mi hombro, derrotada, saciada.

En la pista de baila sonaba algún clásico de los 80.




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